Al principio, pensé hacer un blog dedicado al arte, algo elaborado y con contenido edificante... jajajajaja... Si no les gusta... solo díganlo, para eso son los comentarios, Gracias.

viernes, agosto 24, 2007

Hijos de Pisco, Marchemos Unidos
En pos del trabajo y del Provenir,
Una sola Alma, solo una idea
Y en noble lucha vencer al fin.

Que nuestro suelo Bendito
Siga en progreso y en paz
Y que haya luz en su vida
De unión fraterna
Que alumbre su ideal.

Salve a Ti, Pisco.
Que nueva aurora
Brille en el cielo
De nuestra tierra;
Y en las azules olas que cantan
Se oye este grito: Fuerza y Unión! (Bis)

Carmen Cafferata (Letra y Música)

Etiquetas: , ,

martes, setiembre 13, 2005

Mi hermano empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ese que hace que las tribus se queden aleladas ante sus palabras.

- En el principio -dijo-, exactamente hace quince mil doscientos millones de años,hubo una gran explosión, y el universo...

Pero yo había dejado de escribir.

- ¿Hace quince mil doscientos millones de años? -pregunté, incrédulo.

- Exactamente -dijo-. Estoy inspirado.

- No pongo en duda tu inspiración -aseguré. Era mejor que no lo hiciera. Él es tres años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración, nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas-. Pero ¿vas a contar la historia de la Creación a lo largo de un período de más de quince mil millones de años?

- Tengo que hacerlo. Ese es el tiempo que llevó. Lo tengo todo aquí dentro -dijo, palmeándose la frente-, y procede de la más alta autoridad.

Para entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.

- ¿Sabes cuál es el precio del papiro? -dije.

- ¿Qué?

(Puede que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no incluye asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.)

- Supongamos que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo de papiro. Eso significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que hablar mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabarían cayendo. Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tú tengas la voz y yo la fuerza suficientes, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones ¿cómo vamos a obtener derechos de autor?

Mi hermano pensó durante un rato. Luego dijo:

- ¿Crees que deberíamos acortarlo un poco?

- Mucho -puntualicé, si esperas llegar al gran público.

- ¿Qué te parecen cien años?

- ¿Qué te parecen seis días?

- No puedes comprimir la Creación en sólo seis días -dijo, horrorizado.

- Ese es todo el papiro de que dispongo -le aseguré-. Bien, ¿qué dices?

- Oh, está bien -concedió, y empezó a dictar de nuevo-. En el principio... ¿De veras han de ser sólo seis días, Aarón?

- Seis días, Moisés -dije firmemente.

Isaac Asimov

domingo, junio 05, 2005

Cierta media noche aciaga, cuando, con la menta cansada,
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
"Es un visitante - me dije -, que está llamando al portal;
Sólo eso y nada más".


¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
Cada chispa desfalleciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la pérdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
y aquí nadie nombrará.

Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
me embargaban de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardó visitante esperando en mi portal.
Solo eso y nada más".

Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
"Caballero - dije -, o señora, me tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
que dudé de haberlo oído…", y abrí de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.

La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en ese silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a susurrar…
sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco volvióla a nombrar.
Sólo eso y nada más.

Aunque mi alma adía por dentro regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguito se escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, qué misterio habrá detrás
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.

Esta negra y torva ave trocó, con su aire grave,
en sonriente entrañeza mi gris solemnidad.
"Ese penacho rapado - le dije -, no te impide ser osado,
viejo cuervo desterrado de la negrura abismal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Que un ave zarrapastrosa tuviera esa vos virtuosa
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
ocasión de ver posado tal pajado en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara "Nunca más.

Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
como si en ello se fuera el alma, ni una sola sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
hasta que al fin musité: "Vi a otro amigo volar,
por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Dijo entonces: "Nunca más".

Esta certera respuesta dejo mi alma transpuesta;
Sin duda - dije -, repute lo que a podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
que en su caída redujo sus canciones a un refrán;
que pergeñó, acorralado, este lúgubre refrán:
"Nunca, nunca más".

Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané con recelo
en descubrir que quería la funesta ave ancestral.
Qué pretendía esa torva ave, funesta y ancestral
al repetir: "Nunca más".

Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirada;
eso y mas cosas pensaba, con la cabeza apoyada
¡Sobre el cojín purpúreo que ella gustaba de usar
y ya no usara nunca más!

Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar musical.
"¡Miserable! - me dije -. ¡Tu Dios estos ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta - grite -, ser malvado; profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas, te imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algún bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta - grite -, ser malvado; profeta eres, diablo alado!
Por el Dios que veneramos, por el manto celestial,
dime a este desventurado si en el Edén lejano
a Leonor, ahora entre ángeles, un día podré abrazar;
si a la radiante doncella en el Edén podré abrazar".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;
"¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
quiero sobre mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra de allí flota fantasmal,
no se alzará… ¡nuca más!

Edgar Allan Poe

martes, marzo 15, 2005

NOCHE gris, antes de esta un precioso atardecer, un sunset por el que él hubiera dado la vida disfrutar con alguien porque, mmm… diablos! era difícil estar solo no por no tener pareja sino que andaba solo.
Paseaba por las calles de Barranco no porque le pareciera cool sino porque trató de imaginar que alguna vez nació allí y que corrió por aquel puente, que alguna vez no estuvo tan solo. El trago se estaba terminando... una lágrima cayó por su mejilla y pasó por su maltrecha barba... el trago empezaba a hacer efecto.

Gonzalo quedóse mirando las estrellas apoyado sobre el barandal del puente de los suspiros, secaba sus lagrimas con su manga... nunca fue muy refinado. Se sentó sobre el puente y agarró con sus manos las rejas de este y pensó medio dormitado en el mar, en la playa, en algún verano que pudo haber disfrutado... estaba ya muy tomado. De pronto sintió que alguien lo observaba.

- ¿Quien eres?- pregunto exaltado Gonzalo
- soy un clujiag
- ¿un que? - replico
- Un clujiag
- mm que ¿ya morí?
- No, no has muerto aún
- Espera un momento ¿eres de aquí? hablas español
- No hablo español, es más no hablo ningún idioma
- Ah ¿seguro que no morí? pero como diablos te estoy entendiendo!!!
- Tu me estas interpretando en español
- Bueno y ¿que quieres? ¿Que haces aquí? ¿Viniste a ayudarme? nadie puede ayudarme
- No, vine a hacerte compañia
- ¿Que? sabes que, me largo -y Gonzalo cayó... que fuerte estuvo el golpe pensó- ¿aún sigues aquí?
- ¿hacia donde vas?
- a la playa no sé
- Vine a acompañarte la playa es demasiado grande para recorrerla con tan solo dos pies
- y clujiag ¿de donde vienes?
- Vengo, bueno creo que uds. me llaman en algún momento.

Gonzalo no entendió lo que el clujiag quiso decir, lo que el clujiag quiso decir es que él no sabia exactamente de donde venia pero que tenia la mision de hacer volver a la gente a la realidad y que eso no le gustaba que se consideraba un aguafiestas por tener que regresar a Gonzalo de su limbo.

- Que prefieres lo blanco o lo negro, el sol o la noche. ¿Qué prefieres?
- Preferiría morirme de una vez.
- No puedes te dije aun no, falta alguien quien debe encontrarte

....y el clujiag acerco su mano a la de él y la suso sobre su frente y el nunca sintió un calor tan tierno como ese...


gracias Ivette